personalizar tu vida.

Ayer estuvimos montando el belén. Pero no un belén cualquiera, uno con estructura metálica, montañas, casas en tres dimensiones, y un sistema de luz que hace que hace que pase del día a la noche en un abrir y cerrar de ojos. Ese tipo de belenes, es imposible montarlos en un par de horas, es necesario dedicarle mucho tiempo, esfuerzo y tener sobretodo más de dos manos si quieres terminarlo antes de la noche de Navidad. 

Cuando te planteas montar el belén, muchas veces se tiene la tendencia de repetir el diseño y "acomodarte" a lo preparado por el año pasado. Pero si las manos que lo montan no son las mismas, ya sea en sentido estricto o por el devenir del año que separa esas dos situaciones, el belén es imposible que salga igual. Ya sea porque han aparecido nuevos personajes, nuevas casas o simplemente porque la vida y la situación actual ha variado de 2011 a 2012. 

Este año me toco poner las figuras. Antes de nada, quiero recalcar, que contamos con un stock bastante grande y tenemos la suerte de poder elegir entre unas u otras en función del diseño de cada año (aunque muchas de ellas estén mutiladas). Sin saber muy bien por qué, cuando me planté delante de los perfiles de las montañas, sólo había una figura que quería poner: ovejas.

Cuando más o menos ya estaban puestas, me tocó empezar a ponerlas en  la ciudad. Y allí la cosa era más complicada, porque aunque se suelen poner pastores que van a adorar al niño, existiendo figuras con grandes mantos, collares, canastos ... yo sólo quería seguir poniendo ovejas y algún que otro músico, por mucho que el belén se pusiera en el barrio de Chamberí, y la crisis se note (porque azota en cualquier rincón de España) menos que en otras partes. 

Cambiando las figuras para que quedaran en perspectiva, se encendió la bombilla. En este tiempo de crisis, todos somos más pastores que urbanitas. La crisis económica, está provocando que seamos más humildes en todos los aspectos de nuestra vida, y eso se ve reflejado en nuestro día a día, incluido cuando montamos un "simple" belén de Navidad. Ser consciente de ello, y dejarte modelar, hace que de la crisis, se pueda sacar algo bueno. 

Una oportunidad para crecer, quizás única, para plantarte el zurrón y ser más consciente de lo que estamos viviendo. Para ayudar a la gente que realmente lo necesita. Habrá que ponerse en camino, coger provisiones para tí y para quien te puedas encontrar y lo necesite porque hay mucho por hacer, y pocas manos para la necesidad que hay.