dejar de echar de menos.



En pleno siglo XXI, debería de estar prohibido una cosa: echar de menos a alguien. Gracias a las nuevas tecnologías, tenemos la opción de llegar a casi cualquier rincón del planeta, y por ende, ¿a cualquier persona?. Creo firmemente que sí. 

El problema es que por regla general entran a jugar en la partida dos jugadores que no deberían de ser bien recibidos: el orgullo y el miedo. Da igual en quién esteis pensando al leer estas líneas, siempre son los mismos los mismos jugadores disfrazados de diferentes excusas.


Dicen los Mayas, que el mundo se acaba el 21. 
Quizás, deberíamos de intentar tener el corazón cargado de buenos sentimientos, y no de tristeza y sin razón. Cambia ese echar de menos por una llamada telefónica. Da gracias a Dios, o a la vida, por todo aquello que te ha regalado en tus años vividos. Dile a las personas que quieres, porqué son tan importantes en tu vida y cuanto valen. Da las gracias y pide perdón si fuera necesario. Desea con todo tu corazón lo mejor a la gente de tu entorno, sonríe, haz bromas, quiere mucho, date algún capricho, y quiérete. Si realmente ocurre, sólo te quedán 10 días.


PD: Podéis estar tranquilos, el 21 no se acaba el mundo, eso tiene que ser inesperado, que a todos nos pille por sorpresa. Esto no es más que una fiesta sorpresa mal organizada. Cuando se acabe el mundo todos nos quedaremos boquiabiertos, el suelo se abrirá, el cielo se rasgará, olas gigantes cubrirán Madrid, una pasada, como una peli de ciencia ficción. 
El 21 lo único que va a pasar es que cuando nos subamos en el ascensor, en vez de decir, " ya se nota el frío eh?", diremos, " pues parece que esto no se acaba eh?" Nada más. 
Además el 22 tengo entradas para ir a ver a Raphael y mi amiga Bárbara tiene el cupón premiado de la Lotería, así que ni de coña. 



0 comentarios:

Publicar un comentario

hoy no te acostarás sin ... ¿ comentarme? Anímate!