Habían pasado muchos años, y desde aquel día, en el que las cabezas de los bebés de la Estación de Atocha se grabaron en su retina, no había vuelto a pisar aquel lugar. Lo había bordeado, pero nunca había vuelto a recorrer esos pasillos, ni había dejado que nadie revisara su equipaje.
Con los libros, las maletas, el equipaje de mano y los billetes, se fue acercando a su vagón sin pensar en nada más. Vagón 3, no podía ser de otro modo.
Un cúmulo de sentimientos brotaban en su interior y los nervios se apoderaban de ella. Otra vez sola, ante el peligro. Viajando sola. Pero dentro de su país. Sin aire de por medio. Sin velocidad de la luz.
Sonó el pitido de cierre de puertas y como si de una cárcel se tratase, dejó fija su mirada en el cristal. El tren se movía a tal velocidad que le recordaba a los fotogramas de una película antigua, en el que los sentimientos le golpeaban el pecho cómo un tsunami, con cada avance por la tira de celuloide.
Era la misma escena, pero con arrugas de más.
Era la misma escena, pero con recorridos distintos y destinos opuestos.
Era ella, como una copia de lo que fue o de lo que se había convertido vista desde fuera.
Era un viaje sin movimiento, donde el dónde no era ese tren, y el cuándo, no era aquella fría mañana de febrero."
Era un viaje sin movimiento, donde el dónde no era ese tren, y el cuándo, no era aquella fría mañana de febrero."
La magia de los trenes y de los viajes. A veces es mejor viajar sola, aunque no nos demos cuenta.
ResponderEliminar...A veces, hasta lo echo de menos, y me gustaría coger un tren o un autobus e irme con mi mp3 al fin del mundo.
EliminarYa lo haremos que todavía hace mucho frío. Queda pendiente. :)
Qué bonito !! Desde el principio se intuye lo que aquel viaje evoca, y lo resuelves magistralmente:
ResponderEliminar"Era un viaje sin movimiento, donde el dónde no era ese tren, y el cuándo, no era aquella fría mañana de febrero."
Se ve como envejece sin envejecer, ese viaje le trae recuerdos de una época en la que era joven y feliz. Enhorabuena.
gracias por animarte a contestar a la entrada!
Eliminarasí da gusto, lo cierto es que a veces transmitir imagenes no no resulta tan sencillo con palabras, pero parece que se ha medio conseguido!
cuidate!
¿Qué sería del viaje sin la espera previa? ¿Qué sería del viaje sin superar el miedo a? ¿Qué sería de nuestro viaje si el dónde no fuera ese tren y el cúando, una fría mañana de febrero?
ResponderEliminarUn beso fuerte!
jajaja vacaciones de verano? jajajaja :)
Eliminarque razon tienes San... que razón tienes!!!
el tema es no pararse, estar en movimiento!!!
Por suerte o por desgracia he viajado muchas más veces solo que acompañado y siempre he encontrado cierta paz en ello. Supongo que perder la vista por la ventanilla y ver como el paisaje corre a tu espalda ayuda a pensar y a desbloquear ciertos pensamientos y sentimientos. A veces necesito coger trenes sin destino.
ResponderEliminarSalud.
Creo que todos los viajes tiene dos funciones: huir, o seguir adelante. En cualquier caso, sin ellos sólo seríamos estatuas que se marchitan poco a poco.
ResponderEliminarCuídate.