Yo soy una mujer tradicional, pero porque me gustan las tradiciones.
Quizás por ello, cuando vienen estas fechas me acuerdo de una iniciativa que comenzó en el 2000, y que a día de hoy se sigue desarrollando: "un juguete una ilusión".
Se ha convertido en una tradición familiar, el que por estas fechas aparezca un duende, y traiga dos o tres (según estemos de presupuesto) bolígrafos de estos, que a la par de ser mónisimos, contribuyen a una buena causa.
La primera vez que me animé a participar, fue en un Concierto Benéfico de Rosana Arbelo. Recuerdo que antes de comenzar presentaron la campaña y de primeras me enganchó. Se trata de una iniciativa de Radio Nacional de España y la Fundación Crecer Jugando, que consiste en la fabricación en España de bolígrafos marca Inoxcrom, que se pueden comprar en establecimientos colaboradores. Con cada bolígrafo se hace llegar un juguete a un niño fabricado con el dinero recaudado.
Es cierto que es mucho más importante, que un niño tenga algo que llevarse a la boca cada día para desarrollarse físicamente, pero es esencial para su desarrollo como persona que tenga juguetes donde recrear sus sueños, inventar historias y compartir momentos con otros niños. Los juguetes son un instrumento de aprendizaje donde todas sus áreas físicas, psíquicas, sociales e intelectuales, interactuan permitiendo que se desarrollen sus habilidades a la par que se instauran en ellos el valor de la amistad, la importancia de compartir o de cooperar hacia el fin común.
Aunque sea un poco triste, y sea en estas fechas cuando más nos acordamos de los que esta mal, y es cierto que " la Navidad es todo el año", no aprovechemos la excusa para olvidarnos de lo que sucede a nuestro alrededor.
Este tiempo nos da la oportunidad de "ser mejores", en nosotros está el querer mantener el listón así de alto, y no olvidarnos de la realidad el resto del año.
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