Hoy hemos tenido overbooking en el departamento. Tanto, que todas las sillas que tenemos de repuesto, estaban ocupadas y el perchero a rebosar.
Para poneros en antecedentes, al fondo, justo al ladito de mi mesa, tenemos un perchero típico de oficina (de esos negros con bolitas plateadas al final de cada rama). Como no es especialmente estable, cuando pones o quitas el abrigo, tienes que tener tanto cuidado como cuando juegas al uno de torre; que cuando quitas o pones piezas cierras los ojos y pones las manos paralelas, por si se te cae encima.
Cuando he ido a coger mi abrigo, me he puesto a rebuscar en la segunda capa del perchero con una sonrisa, sintiendo que iba a descubrir un tesoro. Y así ha sido, he descubierto una vez más, la estupidez humana.
Cuando he conseguido apartar los abrigos; he visto un hermoso hueco vacío que abarcaba toda la parte de atrás, y mi abrigo justo al lado (Ley de Murphy). Todos habíamos ido colocando los abrigos en el lugar que nos resultaba más a mano (todos pensando igual, actuamos igual); sin pensar en la estabilidad del perchero, ni en el resto de compañeros y me atrevería a decir, que ni en nosotros mismos; porque tal y como estaban colocados, con más de una arruga hemos salido por la puerta.
Por otro lado, cuando hemos ido a cogerlos, en vez de primero recordar donde lo habíamos puesto, hemos empezado a levantar las capas más próximas a nosotros, esforzándonos inútilmente, por mera comodidad, y así sucesivamente.
Si todos hubiéramos colaborado, todos los abrigos hubieran estado colgados en su sitio, cada uno en su bolita, con su hueco y fácilmente accesibles a la hora de salir del trabajo.
La vida es un poco así, cuando colaboramos los unos con los otros es todo un poco más fácil. Lo que ocurre es que requiere un esfuerzo extra, aunque sea un simple, parar medio minuto, observar, y encontrar TU hueco. Sin querer pisar a nadie, y sin que nadie tenga la "necesidad" de pisarte a ti por usurpar su espacio (o el que el cree que es el suyo).
Simplemente buscando cuál es el adecuado y dónde ayudamos a mantener el equilibrio. Porque, aunque muchos piensen lo contrario, yo, como una amiga escribió en el Twitter,pienso que "el equilibrio no es imposible, Iván".
Si nos ayudaramos los unos a los otros, si pensaramos por un momento en beneficio del de al lado en vez de protegernos a nosotros mismos de todo...La vida seria mucho mejor. Por lo menos somos unos cuantos los que aún creemos que hay esperanza. Yo hubiera rescatado tu abrigo con el mío!:) Parece mentira pero, Ivan no siempre tiene la razón..
ResponderEliminarFati
ayy Fati, que sería del mundo si dejaremos de ser tan egoístas y supieramos mirar de vez en cuando ( sólo un poco más a menudo por el bien común?) Quizás esa sea la clave, ser el cambio que el mundo necesita.
ResponderEliminarSiempre hay esperanza y más ahora que llega la primavera!!