"Las joyas de verdad no están en los museos ni en las cajas fuertes, las joyas de verdad no brillan ni deslumbran, las auténticas joyas, no son las que te hacen más rico, son las que te hacen sonreír. Yo no me considero un tipo codicioso, no necesito muchas joyas, me conformo con volver a sentirme vivo. (...) La felicidad es un arma de doble filo, no hay nada mejor cuando la tienes, pero si la pierdes te quedas hecho polvo. Porque al final del día lo importante, seas un capullo o un iluminado, es que tienes dos opciones, y hay que elegir. Puedes elegir la opción fácil: dejarte caer y hundirte. O puedes elegir la opción difícil, seguir buscando
y entonces, si tienes suerte una de esas joyas pasará por delante para
darte el valor necesario y volver a la superficie." Reflexión final- Frágiles ( 2x1)
Las cosas importantes, las cosas que realmente hacen feliz, las cosas que tienen un valor incalculable, no llevan colgado una etiqueta con un número de muchas cifras.
El problema es que las prisas, los nervios, las inquietudes, los miedos, las listas de cosas por hacer, y las mil excusas que nos ponemos; nos ayudan a irnos encogiendo el corazón y a taparnos los ojos por el miedo a descubrir lo maravilloso que tenemos ante nuestros ojos y sobre todo, lo difícil que será conservarlo sin trabajar por y para ello.
Para ilustrarlo, he escogido esta foto, porque refleja perfectamente los dos puntos que quiero recalcar, que necesito recalcar hoy en esta entrada, para que no se me/nos olvide, la clave del asunto.
La lupa es una lente de aumento, es decir, es un aparato que nos permite agrandar lo que deseamos ver. Para que cumpla su misión, el usuario necesita calcular la distancia correcta que le permita aumentarlo lo suficiente sin distorsionar el objeto. Y requiere de un movimiento lento y una capacidad de retención para ver lo agrandado en su totalidad por partes y con detalle.
La llave, por sí sola no es capaz de abrir nada si no es introducida en la puerta correcta. Y sólo será capaz de abrir la puerta, si al hacerla girar, conseguimos que los engranajes encajen y se muevan, aplicando la fuerza y realizando el movimiento adecuado.
Lo más curioso, es que si juntamos ambos conceptos, nos damos cuenta de que lo que el fotógrafo nos intenta transmitir: que la llave que abre la felicidad es una correcta visión.
Habrá que ponerse manos a la obra, y ponernos a investigar como hacen los detectives para que no se nos pasen las pruebas y conseguamos descrifrar lo importante. Porque entre tanta búsqueda, pasa la vida, y corremos el riesgo de que entre tanta cosa nos quedemos a las puertas, con el caso abierto y el muerto en la cocina.
**La fotografía es de Chema Madoz.
Desde aquí quiero agradecer la gran presentación que me ha hecho mi hermana de este artista, y al documental que he visto sobre él llamado: Imprescindibles. Ha conseguido que esté perdidamente enamorada de la mirada con que contempla la vida.
No sé si lo que más me gusta de su arte es la capacidad de ver lo que nadie más ve, o la facilidad con que le da la vuelta a lo cotidiano haciendo verdadera poesía con sus fotografías.
Puede que el problema sea justo ese, estamos entrenados para ver solo números y cosas cuantificables, y así es fácil que se nos escapen aquellas que valen demasiado como para ponerles un precio.
ResponderEliminarUn abrazo!
Quizá marcamos demasiado poco la diferencia entre ver y entender, entre la riqueza y el placer, entre lo ajeno y lo propio.
ResponderEliminarSaludos
quizá sea la clave del éxito aprender a mirar.
ResponderEliminarSimplemente eso, aprender.
Que lo de mirar nos sale solo a los videntes. :)
Felicidades por el blog.
Juan
Muchas veces lo verdaderamente valioso e importante lo tenemos delante de los ojos y no lo vemos, porque no sabemos mirar, empeñados en buscar en otros sitios o con la lupa del revés.
ResponderEliminarAl final la vida pasa y pasamos más tiempo intentando ser felices que siéndolo.
La verdad no tengo nada más que añadir porque en esta entrada lo has dicho todo. Coincido plenamente contigo. Tu interpretación de la foto. La llave que abre la felicidad de cada uno. Y digo de cada uno porque no todos encontramos la felicidad en los mismo sitios...Conclusión, un 10 a la entrada.
ResponderEliminarGracias por el descubrimiento del fotógrafo.
Un abrazo fuerte!
PD: Te tomo prestada la reflexión final de Frágiles