Como Técnico de Prevención muchas veces realizamos Planes de Emergencias en los que teniendo en cuenta la estructura del edificio, las salidas, los equipos de extinción y otras variables, determinamos cómo actuará de forma inconsciente el usuarios en este tipo de situaciones.
Pensando sobre ello, me planteaba la posibilidad de hacer uno, en lugar de para un edificio, para la vida real, para evitar esas etapas de incertidumbre, de inflexión en las que el futuro se vuelve tan incierto que a veces hasta te paraliza. Porque como bien decían hoy en la radio, el ser humano necesita sentirse seguro de algún modo para poder sentirse feliz.
Pero por más vueltas que le doy, creo que no sería viable.
A pesar de que los Planes de Emergencia son planes dinámicos y que se actualizan cada vez que se produce un incidente o cambia alguna variable; el ser humano, es tan diferente uno de otro, que habría tantas variables como personas que contemplar, lo que haría imposible tener en cuentas todas.
Me lo imagino como el libro gordo de Petete, ese que nunca nadie ha visto pero que debe de ser enorme; en el que, nuestros antepasados habrían ido añadiendo nuevas
cláusulas, nuevas posibilidades de actuación en función de su propia experiencia, de los avances de su tiempo y de la sociedad; que no solo avanza en el tema tecnológico si no también en el psicosocial y por tanto de comportamiento.
Tambien estaría lleno de protocolos, porque a los seres humanos, o al menos a mí, nos encantan hacer listas. Serían como los propósitos de año nuevo, que nunca cumplimos, no por falta de ganas, pero que inexplicablemente, seguimos realizando para llegar a final de año con la sensación de no haber hecho todo lo posible.
Pero sobretodo, me lo imagino incompleto y lleno de contradicciones. No de errores, si no de incoherencias, porque el ser humano es así de complicado, y cambia de opinión casi como de camisa, y lo que hoy pensaba que era blanco, es probable que mañana piense que es más bien gris. Y si ya es una paradoja intentar predecir qué harán personas de nuestro entorno que creemos conocer, ¿cómo podemos predecir cómo actuaría una persona encima en una situación tan extrema como puede ser una situación de emergencia? Y sobretodo ¿qué definiríamos como situación de emergencia?
Por eso quizás, también me lo imagino inservible. Útil para indecisos con necesidad de contemplar opciones, pero que al no dar consignas de actuación certeras y únicas, liarían a cualquier lector.
Porque al fin y al cabo, el ser humano es así, impredecible, incomprensible, terco y persistente por naturaleza. Con la necesidad de tropezar y volver a levantarse (tantas veces como sean necesarias) para aprender a ganar la siguiente partida.
Remember, YOLO my friend.
Curioso planteamiento y buenas conclusiones.
ResponderEliminardeformación profesional Vertigo. Quizás como tú, con tu extraña obsesión de estar en las alturas. jajaja
Eliminarun saludo!!
Cuidate!!
Humanos, no hay plan de emergencia, se hace plan de emergencia al andar...
ResponderEliminarSi ya lo dijo Machado jejeje.
Creo que inventar cualquier tipo de protocolo para las personas es perder el tiempo, hay tantas variables y posibilidades que no habría que hacer uno si no trescientos millones de ellos y si en una emergencia te tienes que parar a buscar el más adecuado a tu situación apaga y vámonos.
Machado, que gran poeta, todavía sigue en armonía, incluso con leyes de 1995.
Eliminar¿300 millones de planes de emergencia?? hummm... tendría trabajo de por vida!! gracias Oscar, si el proyecto sale adelante te debo una mariscada!! :) jajaja
Cuidate!!
Pues tal vez uno general no, pero plantearte hacer planes personalizados a cada persona como modelo de negocio tiene que ser interesante...
ResponderEliminarPor otro lado, coincido, los seres humanos somos tan dispares en las maneras de pensar y plantearnos la vida, que cualquier plan generalista lo mandaríamos al traste... pero eso es lo que nos hace humanos también, ¿qué gracia tendría ser todos iguales?
Un abrazo!
¿tu también lo ves? jajaja o me hago rica o pierdo mis pocos ahorros!!
Eliminar¿todos iguales? creo que ninguna gracia, seríamos como los robots azules que utilizan para hacer proyectos de fin de carrera en la universidad, que se pueden mover pero no expresar emociones.
Cuidate!!
Una de las constantes de las películas de Piratas del Caribe, es el famoso Código. Unos lo ven como unas reglas estrictas, otros como meras directrices...
ResponderEliminarYo soy adicto a las reglas y protocolos personales (de los que no cumplo tantos como me gustaría), pero como bote salvavidas o salida de emergencia, un código persona no viene tan mal.
Cuídate.
supongo que al fin y al cabo, todos necesitamos una pautas de conductas, las llamemos como las llamemos. :)
Eliminarreconozco que a mí también me gustan , a veces pienso que es porque soy previosa y otras porque creo que así estoy más a salvo.
Cuidate!!