recordar que por las noches refresca.




El otro día me mandaron un video por whatsapp, de estos que te enseñan a ser un poco más feliz, pero que te dan una pereza enorme porque tienes la sensación de que no te van a aportar nada nuevo; y que justo despues de terminar, siembran el miedo ante la posiblidad de que aparezca, a modo de conjuro, una maldición que haga que no puedas aplicarlo y seas eternamente infeliz mientras una jauría de lobos aullan esperando tu agónica muerte.

Por suerte, era un video de una conferencia sin mal de ojo final, de un señor llamado Luis Galindo. Un señor muy moreno, que se ha empeñado en "reilusionar a España" por medio de las redes sociales, conferencias, videos.. todo muy 3.0.... y señores, a mí me ha convencido.

Ha habido tres conceptos que el video trataba, que me han impactado mucho y que las voy a incluir en la lista de cosas semanal por hacer.

La primera hablaba de que él creía en "la gente normal que quiere ser mejor" y es que sólo tú puedes hacerte la mejor versión de tí mismo, mancandote objetivos ambiciosos pero alcanzables; porque todo es imposible si no se intenta.

La segunda, es que las personas optimistas son las que tienen inquietud por aprender (de una película, de una conversación, de un libro.. de todo) porque a la vez que indagas, valoras y creces, y si cada día tienes la sensación de ser un poquito más grande, te sientes realizado y en consecuencia feliz. 
Y la ultima, hablaba de que hay tres fuerzas que mueven el mundo: " el poder, el dinero y el amor. Y la unica que cuanto más das, más recibes, es el amor. ¿Y sabes lo que pasa cuando pones amor? Que eres capaz de conseguir casi todo. " No se si todo, pero creo que tienes la sensación de que no hay nada imposible para tí, porque todo lo que sueñas y no alcanzas, siempre es superado por la realidad.


Como véis, las cosas que decía, no eran del todo nuevas, pero se nos están olvidando. Me he fijado, y sin exagerar, veo cada semana al menos a tres o cuatro personas andando y llorando por la calle: necesitamos que alguien nos lo recuerde. Necesitamos que alguien nos pare y nos diga: "Ey, somos nosotros quienes determinaremos nuestro presente y nuestro futuro y solo #reilusionandonos, podemos hacer que este sea prometedor, o al menos lo suficientemente encantador como para querer vivirlo.
Es un poco como cuando nuestra madre nos dice que nos llevemos una rebequita porque por las noches refresca, no es que no lo sepamos, pero por nuestra mala cabeza, de vez en cuando, se nos olvida.

Llévense una chaquetita que por las noches refresca.
Póngase la sonrisa esta semana, que me han dicho que esta temporada es tendencia.
Llenense los bolsillos de sueños, que ya estamos en otoño y es mi estación favorita.

5 comentarios:

  1. Nunca me quito la sonrisa. Y mi madre se encarga de que me lleva la chaquetita...

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  2. Sería más fácil recordar que hay que ponerse la sonrisa que no hacerlo pero siempre tendemos a lo segundo. Naturaleza humana el torturarse a uno mismo y en buscar más problemas que soluciones.

    Lo que dices de que se ve mucha gente llorando creo que es verdad, es rara la semana que no te cruzar con tres o cuatro personas, pero creo que antes era igual, el problema es que la sensación de felicidad general es menor que antaño y hace que nos fijemos más en esos detalles que antes pasábamos por alto. Y habñando de la sensación general de poca felicidad...¿a ti no te parece que los vagones de metro ahora son como cementerios? No sé si serán cosas mías pero antes se veía más...alegría, más sonrisas a cambio de nada...ahora parece que todos vamos cabreados al trabajo.

    Abrazos.

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    1. Hola Oski!, la verdad es que me gustaría pensar que antaño las cosas, por alguna extraña razón era diferente y que pronto volverá a cambiar. Me niego a pensar que en verdad antes también llorara tanta gente en público, creo que ahora ya nos da igual todo, porque las situaciones personales son mucho más duras que antes.

      Los vagones de metro cada vez son más sileciosos y tristes, sí estoy de acuerdo contigo. Hasta límites insospechados. Creo que el problema es que nos hemos acostumbrados a estar sólos rodeados de gente, a mirar al suelo o al móvil, a que el tiempo pase por estaciones. A correr para llegar ,y a no disfrutar del camino.
      El problema es el tiempo ¿no crees?

      Creo que tendré que hacer una entrada sobre eso (tomo nota Oski)
      Muchas gracias.
      Abrazos!

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    2. Creo que ese es el principal problema de esta y otras grandes ciudades, el tiempo, que parece que se nos van la vida por llegar a cualquier sitio. Siempre que viene alguien de fuera nos lo recuerda "aquí vais corriendo a todos lados". Tanto estrés no puede ser bueno...

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