De Dalí al sueño.



Ayer fuimos a ver la exposición de Dalí al Museo Reina Sofía. 
No sé porqué, pero Salvador siempre ha despertado en mí un interés especial, que baila entre la admiración de su obra y el escepticismo de su locura. 


Hubo dos momentos que me impactaron mucho; el primero fue en la sala del "surrealismo" (sala 4 para los que vayáis)  donde estaban "El gran masturbador" y "La persistencia de la memoria" (o los relojes blandos como todos lo conocemos). Son cuadros bastantes conocidos, por lo que de algún modo me hicieron sentir como en casa; o a lo mejor era el ambiente, o la compañía, o que los cuadros hablaban de sueños y yo tengo muchos, no sé.

El segundo fue la sala "escenarios" (sala 9, hay 11, id con tiempo); donde estaba "Presagio de la Guerra Civil". Quizás el impacto de esta última, no fue debido sólo al mero cuadro, si no a los bocetos que había visto previos de su autobiografía. Mientras escuchaba su lectura con el audio guía, recuerdo que resonaron muy fuerte estas palabras:

"Estaba jugando a convertirme en un genio. 
- Oh Salvador Dalí, ahora lo sabes: si juegas a ser un genio te conviertes en un genio."


Y viendo esos bocetos, las fotografías que le realizó Philippe Halsman a su bigote, y que también se pueden ver en la exposición; sentí que ya le había descubierto. Me ví con el premio (la razón), en la mano.

Y entonces, entré a la sala y ví ese cuadro que me quebró por dentro. Fue capaz de transmitirme la pesadilla de soñar una guerra, y por fin entendí su obra. Exactamente lo mismo que sintió él al estar lejos, en Francia; y escuchar las locuras que se estaban cometiendo.. y huí. Huí misteriosamente hacia un lugar cuyo eslogan es "donde los sueños se hacen realidad", Walt Disney World; y cumplieron lo prometido*. Logré meterme tanto en las imágenes, en la música, en el mensaje, que realmente fue así; fue como meterme en mis propios sueños. Se abrió una ventana en la que sueño y realidad por una vez cobraban sentido, y ese mundo onírico de Dalí me llevaba a un lugar conocido. Un lugar de luces, sombras, de caídas por escaleras, y alguna que otra hormiga. Porque como Dalí siempre soñaba con ellas, yo tambien tengo mis fobias personales.

Por fin el surrealismo me hablaba de mi propia locura. 
Por fin, a las 11 salas, de cuadros bonitos, curiosos y originales, con alto contenido artístico, se le sumó un sentido propio: la locura de Dalí o la mía propia. Ya no lo sé.

*Para los que no lo sepáis, Dalí colaboró con ellos en un cortometraje, y que salío a la luz en 2003. Se titula Destino (os dejo el link)..

2 comentarios:

  1. Tomo nota y me apunto la visita. El Reina Sofía me pilla a dos calles, así que...

    Cuídate.

    ResponderEliminar
  2. Dalí fue un artista fascinante. La exposición está hasta septiembre, así que seguramente encuentre algún hueco para verla, que tengo ganas.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar

hoy no te acostarás sin ... ¿ comentarme? Anímate!