ser un ignorante.



"Somos dos ignorantes. La diferencia entre nosotros, es que yo reconozco que lo soy”

Augusto Cury, “El vendedor de sueños”.

Eso me he preguntado mientras leía la ultima frase del primer capitulo. ¿ Con qué cara te sientes así, en plena "Era de las Comunicaciones"? Quizás sea lo que deberíamos de sentir todos, y sea la clave de las personas cultas; y la forma de eliminar esa arrogancia que a veces se deja ver en nuestras palabras.



Sentirte ignorante es un acto primero de humildad. Mi abuelo todos los días rezaba para que le ayudaran a ser "humilde, bueno y justo" valores de San José (ese Santo olvidado) que siendo  aparentemente sencillo se tornan difícil a la hora de llevarlos a cabo.  Y es que no hay que confundir la humildad con la falsa modestia, ni con no valorarse uno tal cual es y sus logros. Son conceptos distintos que cambian la vida y la forma de comportarse de una persona.

La ignorancia por otro lado, te ayuda a crecer. Siempre y cuando lo uses a tu favor (aclaración para los seguidores más quisquillosos). Saberse ignorante conlleva la responsabilidad de buscar nuevos saberes, y a buscar aquellos que mas te interesan, porque hoy quien no sabe de algo es porque no le interesa, no porque no tenga acceso a esos conocimientos.


Yo hoy, sólo sé que algo sé, pero que me falta mucho por aprender.
Y no sabéis lo feliz que me siento.

1 comentarios:

  1. Muy cierto eso de que no se debe confundir la humildad con la falsa modestia; creo que mucha gente no entiende esto...

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