Hoy, mientras volvía a casa, pensaba en cómo he vivido
estas ultimas semanas, llenas de agobios, agendas con compromisos, citas
que se solapan y mil cosas por hacer.
Estrenando abono transporte, mes y año; he sido consicente del estrés que tengo y que tendré mínimo hasta el miércoles. Entonces me he visto con los dientes apretados, la mirada fija y cara de pocos amigos en el reflejo de los cristales del metro; e inevitablemente me he reído, siendo consiciente que, desde hace tiempo, mis pies se han acostumbrado a correr no sólo cuando entreno.
Estrenando abono transporte, mes y año; he sido consicente del estrés que tengo y que tendré mínimo hasta el miércoles. Entonces me he visto con los dientes apretados, la mirada fija y cara de pocos amigos en el reflejo de los cristales del metro; e inevitablemente me he reído, siendo consiciente que, desde hace tiempo, mis pies se han acostumbrado a correr no sólo cuando entreno.
Justo cuando las puertas del vagón se han abierto, al llegar a mi parada, he salido y en lugar de seguir a la masa, he parado.
En seco.
Y me he visto ahí, sola, incapaz de para el tiempo.
Viendo como se me escapan los días, y la vida. Viviendo deprisa.
Demasiado.
Sin vivirla.
Y no me ha gustado.
Sobreviviendola, por encima. Sin disfrutarla.
Y me he dado una tregua.
Cuando ya nadie quedaba en el anden, he comenzado a andar, lento, disfrutando de cada paso, y marcando el ritmo que necesito.
Porque no quiero empezar así el año.
Porque estamos en Adviento y es sinónimo de preparación, y yo lo
necesito un año más. Necesito pasear y sentir como cada una de las
luces, se reflejan en mi pupila generando esa luz en mi
corazón que me permite ser la niña que quiere ir al autobús de la Navidad o comprar en la Plaza Mayor las figuritas para el Belén. Que quiere ayudar un poco más, esperarse a que lleguen los días señalados para disfrutar el turrón, y ansiar el Roscón de Reyes con chocolate que cada año disfrutamos en familia.
Porque para vivirlo con ilusión hay que preparse, y no sólo quitarle hojas al calendario.
Este Adviento renovamos tradiciones, y creamos otras nuevas.
Esto no ha hecho nada más que empezar.
Y no sabes las ganas que tengo de disfrutarlo contigo.
En ocasiones he tenido tantas cosas que hacer que sentía que se me pasaban los días a un ritmo frenético y que no estaba disfrutando absolutamente de nada. Al final siempre me decía "este finde me lo dedico a mi mismo y no salgo ni a comprar" pero no lo hacía.
ResponderEliminarAl final el estrés me pudo y tuve que tomarme un respiro largo. Ahora sólo me comprometo a saborear cada cosa que hago. La vida es corta.
Abrazos.
¿y lo has conseguido?
Eliminarhoy me han preguntado si tenia un minuto y he contestado "tengo mucha prisa"... jajaja
Pues...sigo estresado para qué nos vamos a engañar jajajaja. Pero al menos feliz.
EliminarEl "Madrid me mata" ha quedado anticuado. Supongo que ahora es "Madrid me consume". (Y apuesto que casi cualquiera que viva en una población de más de 10 000 habitantes, podría proponer cambiarlo para incluir el nombre de su pueblo).
ResponderEliminarEn fin, ánimo...
solo nos quedan dos opciones o irnos regenerando o no permitir que nos mate jajaja
Eliminargracias por animarte a escribir!
cuidate! muaka
A veces estamos tan inmersos en esa rutina frenética que nos olvidamos incluso de respirar. El Adviento, la Navidad siempre es un periodo donde uno se para y respira. Coge esa bocanada de aire para el siguiente año y como no, disfruta de esos pequeños placeres.
ResponderEliminarUn besote!
a ver si es verdad San! a ver si es verdad!
EliminarEl momento en el que uno es capaz de darse cuenta que ése no es su ritmo, es el nuevo comienzo. Ya verás, encontrarás tu ritmo.
ResponderEliminar:) y que tú lo veas!
EliminarTendremos que secuestrarte entre cervezas para que se disipe el agobio.
ResponderEliminarLas Malas Costumbres siempre fueron buenas contra el día a día.
Cuídate.
Suena bien.
EliminarTe pasaré mi agenda para que os sea más fácil realizarlo y que nadie sospeche nada :)
Va a haber que empezar a plantearse un manual diario para sobrellevar el estrés. Si no, él nos acabará llevando a nosotros...
ResponderEliminarUn abrazo!
En ocasiones hay que parar, respirar y reiniciar ;)
ResponderEliminarMe ha gustado tu blog, me pasare a leer!
Feliz jueves!!