pensar en las buenas y malas acciones.


Ayer tuve la suerte de compartir un café de esos que me gustan a mí: con aires de aprendizaje, con filosofía de posos de café y aroma de las mil y una noches.

Sin saber muy bien porqué, mientras unos discutían sobre lo fácil que es saber cuando hacemos las cosas bien y cuando las hacemos mal; otros, como yo, se limitaban a escuchar a modo de jurado popular, a la espera de encontrar la respuesta correcta.

Unos defendían que saber si la acción era buena o mala era bastante sencillo:  bastaba con remitirse a la "Ley natural de San Agustín", o a la "psicología parda" que diría mi madre, o la voz de la conciencia de Pepito Grillo en Pinocho. 
Mientras que otros, argumentaban que con cumplir la Ley era suficiente, que allí estaba todo "la mar de bien explicado".

Yo les miraba con ojos de expectación. 
Ninguna opción me parecía del todo correcta.


Hasta que un amigo, que llevaba toda la "discusión" callado, pidió la palabra y explicó su punto de vista de un modo tan claro, que al menos a mi, me convenció. 
Empezó diciendo que aunque era cierto que por regla general, las normas pudieran ayudarnos a diferenciar entre ambos casos; cuando llegamos a lo particular, todo se volvía más complicado. 
Y contra todo pronóstico, todo se tornaba más difícil en el caso en el que juzgabamos supuestas acciones buenas. Él se basaba en que para ser justos, a la hora de catalogar la acción, no podíamos juzgarla como un hecho aislado en sí, ni tampoco por el fin por el que se hizo; si no, única y exclusivamente, por el motivo que llevó a realizarla.

Y en ese momento, se me cayó la venda de los ojos, y le compré su argumento.

Parece una tontería, pero eso es lo que realmente le puede dar el adjetivo de buena, ya que el sentido de la acción, es la que le hace única y valiosa para el que la realiza como para el que la recibe.

En ocasiones, nos limitamos a hacer "lo políticamente correcto", lo que "se espera de nosotros", sin ponerle sentido. Desde el punto de vista lógico, eso está bien hecho, pero desde el punto de vista práctico no. En cuanto pasan unas semanas en las que la inercia se apodera de nosotros, nuestras acciones, nuestra vida, en lugar de llenarnos, nos vacía.
Será quizás, porque la conciencia en nuestras acciones, una vez más, es la que hace diferenciarnos de los robots.


Hay días en los que te encuentras con gente que tienen una luz tan especial en la mirada, que te das cuenta de que lo que les pasa, es que están enamorados de la vida. De que el amor está en cada una de las cosas que hacen, que cada cosa para ellos tiene un sentido, y que haciéndolas, en concreto de ese modo, cualquier cosa que les ocurra parece cuadrar en sus esquemas.

Quizás sea el momento de cambiar el modo, el sentido.
A lo mejor nos hemos acostumbrado a nada a contracorriente, y ya sea hora de descansar los músculos para poder disfrutar también del viaje.


7 comentarios:

  1. Yo creo que lo que para unos es bueno para otros es malo, nunca llueve a gusto de todos y probablemente todo lo que hagamos molestará de una forma u otra a alguien ¿Entonces cómo saber si algo está bien o está mal? supongo que cada uno tenemos el instinto o conciencia de saber si lo que hacemos es correcto o no, otra cosa es que nos dejemos llevar por lo que a otros les parece correcto, lo que al final no deja de ser una "obligación" que nos robotiza, y como todas las obligaciones acaba cansando.

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  2. de ahi lo del sentido, si nosotros lo sentimos así como bueno ¿quién podrá juzgarnos?

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  3. Es complicado. Siempre pensé que era de las enamoradas de la vida... pero dudo de algunas de mis acciones aunque mi objetivo fuera bueno.

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    1. hombre tampoco hay que mirarlo así Vertigo!!! jajajaja
      que si no nos podemos volver locos!!!
      además dudo yo mucho que hicieras tu muchas cosas con el fin de hacer daño, así gratuitamente!!

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  4. La verdad, el asunto del bien y el mal siempre lo he visto demasiado difuso como para englobarlo en dos únicos términos. El argumento que citas es bueno, pero ¿Y si el motivo que le llevó a realizar tal acción es bueno, pero el resultado es malo? ¿O viceversa?

    Cuídate.

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    1. Es un tema bastante complicado, y aquí está tratado desde una perspectiva muy muy general (no me lo toméis a mal).
      Pero según mi argumento, si el motivo era bueno, la acción era buena (y al menos debería de juzgarse desde esa perspectiva). El fin no justifica los medios, al menos para mí, nunca, los ha justificado.

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  5. Me gusta la idea de no englobar acciones como buenas o malas de forma general, sino fijarse en cada una por separado antes de juzgarla. Por otra parte, los motivos que llevan a alguien a ejecutar una acción, pueden ser (incluso suelen ser) bastante complejos, y difíciles de describir con una única etiqueta de bien/mal.
    Efectivamente, el tema es bastante complejo.

    Un abrazo!

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