#85 Kitkat FLEX



Ayer tuve otra vez problemas para dormir. Problemas porque tardé hora y media en dormirme cuando suelo caer K.O y más cuando es lunes. Problemas al fin y al cabo cuando tienes que madrugar al día siguiente.

Sentada en la mesa, con los pies en la silla de la cocina, sí han leído bien, en mi casa mi hermana y yo a pesar de las broncas de mi madre, pensamos así; mirando a la calle, descubrí a alguien ahí abajo. Era un hombre de unos 50 años, vestía pantalón y abrigo oscuro y gorro de lana rojo. Hoy me recuerda a Wally, quizás porque él también buscaba su sitio como un trotamundo más.

A su espalda llevaba una mochila pequeña, lo suficientemente pesada como para que cada vez que se agachara se moviera, golpeándole en la cabeza (que tire la primera piedra a quien no le haya pasado).

Estaba de espaldas, recogiendo con mucho cuidado cada uno de los enseres que tenía diseminados por el banco que tenía enfrente. Cuando terminó, comenzó a caminar parándose enfrente de un cartel luminoso con el nombre del sucesor del Rey de la selva, si el león no existiera. Intentando dibujar una linea recta, se detuvo ante unas cajas de cartón. Sin pensarlo dos veces, se agachó para cogerlas con su mano libre. Se notaba que las fuerzas comenzaban a flaquear, porque era incapaz de mantener la mochila  y el carrito en su sitio sin que se le cayera al suelo la probable manta con la que se cubriría aquella noche. Con cada pisada fue formando la letra "W"; quizás para dibujarme con su trayectoria su nombre, o quizás por el peso de una vida, de todo menos fácil. 

Imagen del blog de Manolo Torres 

Pensando en ello, mientras se borraba su silueta al final de la calle, me acordé de las palabras que un amigo había dicho esa tarde: "con el ritmo de vida que llevamos y las excusas que nos ponemos día a día, es fácil que se nos endurezca el corazón y que hasta lo perdamos." A lo que otro añadió " ¿Y qué somos sin él? Un cadaver."
Estamos "deshumanizando" la necesidad del otro hasta límites insospechados. Esta crisis también es "apática", para aquellos que son incapaces de mirar a los ojos aquel que pide una limosna a los pies de su casa, o quien es incapaz de quitarse los auriculares para escuchar una petición de auxilio o quien no levanta la mirada del móvil ni para agradecer con una mirada, que alguien le regale su música.


"Pedid y se os dará", dicen algunos. Ellos ya cumplieron su parte, ahora nos toca la nuestra. En la medida de nuestras posibilidades, sí señor, pero dándola.

5 comentarios:

  1. Es necesaria una falta de empatía mayúscula para ver la miseria a tu lado y que, al menos, no se te encoja el corazón.

    Un abrazo!

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  2. Es cierto, pero ¿no comemos todos los días con noticias de desastres y a ninguno se nos quita el hambre?
    es el problema de estar todos los días consumiendo desgracias.. al final se te endurece el corazón y sólo cuando es algo devastador parece que reaccionamos. Me da miedo esta "nueva actitud". Quizás sea falta de empatía o "acostumbrarte" a las desgracias ajenas..

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  3. Yo pienso que las malas noticias nos endurecen, sin poder evitarlo, y el dolor ajeno no duele tanto. Eso es inevitable.

    Pero la falta de empatía o la apatía son una especie de enfermedad arraigada en nuestra creencia de que nada de eso nos pasará a nosotros.

    Lo que debemos de tener claro es que por mucho que lo neguemos, la diferencia entre ese hombre y nosotros es que él lleva un macuto más pequeño y su banco no tiene calefacción.

    Cuídate.

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  4. "Lo que debemos de tener claro es que por mucho que lo neguemos, la diferencia entre ese hombre y nosotros es que él lleva un macuto más pequeño y su banco no tiene calefacción."

    Simplemente brutal.
    La indiferencia es lo que nos hace ser menos humanos y más piedras. Alguien pensó de forma errónea que ser fuerte significaba no implicarse ni sentir para con el otro. Qué equivocados estaban y que tontos fuimos al creérnoslo.

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  5. Un texto muy humano que nos hace reflexionar sobre uno de los grandes problemas que la sociedad está teniendo hoy en día y es el de la insolidaridad y la indiferencia. Desgraciadamente, lejos de ir mermando, se va agravando ca da vez más. Muchas gracias por escoger una imagen mía para ilustrar tu entrada. Saludos, manolo.

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